(Publicada el jueves 12 de abril de 2012 en http://lospoetasdelcinco.blogspot.com/ )
No
hay patria sin rapsoda, como tampoco ninguna ciudad despoblada de sus
cantores. La poesía es identidad. Sello. Resonancia del espíritu y
de la pasión de un pueblo, de un grupo nacional, y de una nación
propiamente dicha. La poesía por ende, está unida al tractus de la
civilización humana pero con peculiaridades propias. No podemos negar,
desde nuestras perspectivas actuales, que existe una múltiple poesía
de lengua española escrita en América, que posee rasgos comunes por
encima de las fronteras nacionales. Esta pequeña, pero acertada muestra
es, una reunión de voces y sucesos que acontecen en dos ciudades de
nuestro conteniente. Es un intento de unificar cantos, tonos hacia lo
que siempre nos ha de sobrevivir: La ciudad. Urbe, del latín urbs,
urbis, metrópoli. Sitio para existir y comparecer, para vivir o morir.
La ciudad también como patria única, o mundo ideal. Microsistema de la
gran aldea que es el Universo.
Me Urbe, Brevísima Antología Arbitraria Chile- Venezuela recoge por voluntad de sus participantes a veinticuatro poetas nacidos entre 1969 y 1988. Doce de cada uno de estos países. El doce como número que representa a las antiguas tribus de Israel, número de las alianzas, de las mancomunidades en aras de la protección, y de la entrega; pero en este caso, doce de la tribu del insigne poeta venezolano Andrés Bello, y doce del chileno Pablo Neruda. Hombres que le cantaron, cada uno en su tiempo a América, como patria habitual de todos los latinoamericanos.
Ha de escucharse en esta muestra sin fronteras a un coro consumado, pronunciándose en aras de establecer lazos de vecinos, ardides iguales para ofrendarse como un poema global. Un poema resumante, experimental escrito con una vertiginosa pluralidad. Ejercicio pleno de exhibir variadas estéticas que van desde el verso simple hasta las más enmarañadas combinaciones.
Asistimos con esta propuesta del sello Paracaídas editores y Los Poetas del 5 Editora(2011), a una gala mixta, a una alianza de interconexiones, una suma -simultánea -de descripciones urbanas; otras paisajísticas, otras intimistas que percuten con sobrada armonía desde los prototipos textuales hasta el último de los poemas. Sus respectivos antologadores: Gladys Mendía de nacionalidad venezolana, radicada desde hace varios años en Chile, y Ennio Tucci, nacido en Mérida, han logrado una excelente fusión de categorías simbólicas, una extraordinaria mixtura de imágenes: maniobras que transcurren con unicidad y coherencia en un tempo presente que, condiciona con mucha lucidez un mega –texto- de voces, direcciones, acentos y ubicaciones.
Especie de lid, de cónclave, de reflejos, acciones lúdicras que dan visos de postmodernidad o arquitectura ((poética)) del nuevo milenio.
Plurales sintonías, conectadas o focalizadas en un contexto afín, que no excluye las tipicidades intrínsecas de cada uno de los autores convocados en cuanto al cúmulo de rejuegos ideo estéticos. Formulaciones e interpretaciones desiguales para rebasar los límites y colocarnos en un entorno donde dos ciudades convergen en un ámbito amistoso, donde: la poesía es el árbol que da la sombra, y por gracia suministra el oxigeno.
Entiéndase la poesía como un vehículo esencial para acceder a una cognición antropológica que incide con propiedad en cada uno de los discursos que en Me urbe se gestan. En esta oportunidad se ventilan códigos abiertos, novísimos discursos, signicidad “arbitraria”, poeticidad en las formas, ya sean estructuralistas, ya sean formales, o revelación cuasi marginal.
Riesgos que se alternan o se contagian por los incomparables atrayentes, sin proyectar esas condicionantes –antropológicas-, puesto que no hay una postura chilena, ni mucho menos venezolana, sino un grito unitivo, un cántico Novó. Confluentes de imaginería donde hay una incitación al –desplazamiento- con la finalidad de inaugurar un parque, especie de atrio postmoderno en este nuevo Orbe más allá de la exacta geografía. Con ánimo entremos. Confluyamos como habitantes seguros. La sorpresa está en los convites que, aquí con toda libertad se expresan.
Me Urbe, Brevísima Antología Arbitraria Chile- Venezuela recoge por voluntad de sus participantes a veinticuatro poetas nacidos entre 1969 y 1988. Doce de cada uno de estos países. El doce como número que representa a las antiguas tribus de Israel, número de las alianzas, de las mancomunidades en aras de la protección, y de la entrega; pero en este caso, doce de la tribu del insigne poeta venezolano Andrés Bello, y doce del chileno Pablo Neruda. Hombres que le cantaron, cada uno en su tiempo a América, como patria habitual de todos los latinoamericanos.
Ha de escucharse en esta muestra sin fronteras a un coro consumado, pronunciándose en aras de establecer lazos de vecinos, ardides iguales para ofrendarse como un poema global. Un poema resumante, experimental escrito con una vertiginosa pluralidad. Ejercicio pleno de exhibir variadas estéticas que van desde el verso simple hasta las más enmarañadas combinaciones.
Asistimos con esta propuesta del sello Paracaídas editores y Los Poetas del 5 Editora(2011), a una gala mixta, a una alianza de interconexiones, una suma -simultánea -de descripciones urbanas; otras paisajísticas, otras intimistas que percuten con sobrada armonía desde los prototipos textuales hasta el último de los poemas. Sus respectivos antologadores: Gladys Mendía de nacionalidad venezolana, radicada desde hace varios años en Chile, y Ennio Tucci, nacido en Mérida, han logrado una excelente fusión de categorías simbólicas, una extraordinaria mixtura de imágenes: maniobras que transcurren con unicidad y coherencia en un tempo presente que, condiciona con mucha lucidez un mega –texto- de voces, direcciones, acentos y ubicaciones.
Especie de lid, de cónclave, de reflejos, acciones lúdicras que dan visos de postmodernidad o arquitectura ((poética)) del nuevo milenio.
Plurales sintonías, conectadas o focalizadas en un contexto afín, que no excluye las tipicidades intrínsecas de cada uno de los autores convocados en cuanto al cúmulo de rejuegos ideo estéticos. Formulaciones e interpretaciones desiguales para rebasar los límites y colocarnos en un entorno donde dos ciudades convergen en un ámbito amistoso, donde: la poesía es el árbol que da la sombra, y por gracia suministra el oxigeno.
Entiéndase la poesía como un vehículo esencial para acceder a una cognición antropológica que incide con propiedad en cada uno de los discursos que en Me urbe se gestan. En esta oportunidad se ventilan códigos abiertos, novísimos discursos, signicidad “arbitraria”, poeticidad en las formas, ya sean estructuralistas, ya sean formales, o revelación cuasi marginal.
Riesgos que se alternan o se contagian por los incomparables atrayentes, sin proyectar esas condicionantes –antropológicas-, puesto que no hay una postura chilena, ni mucho menos venezolana, sino un grito unitivo, un cántico Novó. Confluentes de imaginería donde hay una incitación al –desplazamiento- con la finalidad de inaugurar un parque, especie de atrio postmoderno en este nuevo Orbe más allá de la exacta geografía. Con ánimo entremos. Confluyamos como habitantes seguros. La sorpresa está en los convites que, aquí con toda libertad se expresan.
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Miladis Hernández Acosta.
Princesa de la poesía cubana.
Guantánamo, Cuba.
17 de Marzo, 2012. Bajo las lluvias de primavera.
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