Estimados autores y lectores.
Les escribo para informarles sobre el estado de sus libros luego de este breve período de vacaciones decembrinas en nuestra editorial artesanal.
Hemos dedicado estos primeros días del año a ordenar el taller, esta pequeña pero cálida terraza donde venimos trabajando y viendo amaneceres desde el pasado mes de abril merecía un poco de atención.
Ha sido agradable deshacerse de cosas que no nos sirven y poner otras en su lugar, o asignarle un lugar a cosas que no lo tenían. Con esto logramos despejar un poco más el espacio y sentirnos más libres y cómodos. Por esta razón les invito a comenzar el año liberándose de cosas que no les sirvan y conservar aquello sin lo cual no pueden vivir.


Igualmente estamos aprovechando estas primeras noches, días y amaneceres (como el de hoy) para evaluar mejor el trabajo pendiente, saber dónde nos quedamos y dónde retomar el trabajo con cada libro y proyecto que tenemos. Seguimos levantando un calendario editorial que en breves días comenzaremos a informar a nuestros autores para salir con seguridad y fuerza como cada uno de ustedes se lo merecen.
También aprovechamos para leer, repasar e investigar sobre nuevos contenidos, libros, temas de actualidad que competen a nuestro proyecto. Estudiando cada día más para optimizar nuestras herramientas, conocimientos y destrezas.
Estamos agradecidos con todos ustedes por la respuesta que nos han dado en estos primeros meses de labor, y nos alegra decirles que actualmente tenemos más libros de los que realmente pensamos alguna vez editar. Esto representa un reto importante para nosotros, lo asumimos y estamos convencidos de responder a tiempo y con la mejor calidad posible, porque al final lo más importante de hacer sus libros es que estén bien hechos y nos hagan felices a ustedes y a nosotros.


Ya estamos encolando y cerrando el ciclo de trabajo con un libro que representa actualmente nuestro libro más extenso: “Mina, papel y fuego” de Gregorio Valera-Villegas, de Caracas, el cual hemos tenido el gusto de imprimir. Y este año son varios los autores que esperan sus libros. Conversaciones hermosas y llenas de sabiduría como el libro de Wilfredo Benavides y Gregoria Caraballo, dos autores procedentes de direcciones muy distantes de nuestra geografía nacional como lo son Santa Elena de Uairén y Mérida respectivamente. O la poesía de Ricardo Díaz Borregales, Yurimia Boscán y Luis Darío Bernal Pinilla, quienes con su palabra llenarán nuestro año de vida y estremecimientos. Así como los proyectos de libros de Nohé Ramón Gilson Reaño, Miguel Romero, Lyneth Camejo y otros estimados amigos a quienes acompañamos en la tarea de consolidar de la mejor forma posible sus libros.



Todo esto y más, promete este nuevo año 2017, un año que para nosotros es de "aventura pura", al mismo tiempo de expansión en lo individual y en lo colectivo, que siempre ha sido y seguirá siendo nuestra forma de ser y de hacer.

Un gran abrazo para todos y nuestros mejores deseos.