* La gestión cultural es un ensamble de iniciativas privadas y de gobierno, de propuestas locales, regionales e internacionales
Por Armando García Orso*
Cuando  se habla de gestión cultural inmediatamente nos viene a la mente las  instituciones culturales de gobierno y en realidad la gestión cultural  es un ensamble de iniciativas privadas y de gobierno, de iniciativas  locales, regionales e internacionales, de acciones de grupos  independientes sumadas a acciones del sector industrial, comercial y de  servicios.
En  una palabra, no existe gestión cultural sin esta interacción, recuerdo  un promotor cultural de la ciudad que me decía que en el cartel de su  actividad a realizar no quería que apareciera ningún logotipo de empresa  pública o privada porque él era “independiente”, por supuesto una  visión totalmente equivocada.
Ahora  que la sostenibilidad (o sustentabilidad) está de moda (término  formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe  Brundtland de 1987), cuando ésta se refiere a la cultura se dice que  “busca desarrollos teóricos y prácticos para la convergencia entre el  sector público, los individuos, grupos y organizaciones del sector  cultural, el sector empresarial nacional y multinacional y la  cooperación internacional con el objetivo común de impulsar la  sostenibilidad de la cultura y la sostenibilidad cultural de las  ciudades”.
  No  hay que perder de vista el anuncio del gobierno estatal actual de la  creación de una nueva ciudad “sustentable” donde no se escucha ninguna  de las nuevas aproximaciones del desarrollo basadas en el binomio  cultura-medio ambiente donde se parte del paisaje cultural, de las  ciudad difusa o en red  o el ordenamiento de  territorios especialmente vulnerables, importante tema a tratar para  evitar desarrollos equivocados basados en viejos modelos de  industria-población.
Los  factores culturales no son consecuencia ni derivados de las políticas  públicas sino que deben permear en los estratos de planeación  urbana,  la economía, la seguridad, el turismo y el desarrollo social y de esta  manera se valoren los aportes culturales como parte vital del capital  socioeconómico de una comunidad. En ejemplos estudiados de avances en  los procesos culturales ha sido factor clave la aportación de partidas  presupuestales de otras entidades de gobierno sea municipal, estatal o  federal al presupuesto del sector cultural y sumado a partidas aportadas  por el capital privado, que se ve notoriamente beneficiado por los  efectos de la cultura en la comunidad e incluye en sus presupuestos esta  liga con los sectores culturales y artísticos del medio. 
Hay  que recordar que en numerosas ciudades que han apostado por la cultura  su ingreso per cápita ha aumentado, así como los ingresos del sector  comercial y por ende el ingreso del sector público vía ingreso de  impuestos en el mediano y largo plazos. Hay que estar muy atentos al no  confundir la promoción de las artes como herramienta y la gestión  cultural como objetivo, esta confusión se manifiesta en los grupos de  ciudadanos que cada cambio de gobierno manifiestan su “inconformidad”  porque la “cultura” no llega a las zonas pobres de la ciudad como si la  cultura se llevara como tomates en una canasta. 
Esta  misma confusión alcanza a los medios de comunicación que en muchas  ocasiones no logran interpretar los sucesos culturales en la ciudad y  encasillan estas acciones en secciones de espectáculos o en la sección  “cultural” y no entienden que ellos son parte del proceso y en otras  ciudades donde los medios lo han entendido leemos en primera página  acciones culturales, hecho mismo que provoca en sus lectores el  empoderamiento para gestar el cambio y le representa al medio un enlace  íntimo con la comunidad donde el medio se transforma en su aliado y al  entender los medios su importancia se empiezan a convertir de alojadores  de información a generadores de diálogo y discusión y en actores de la  gestión cultural.
Las  universidades son otro de los factores esenciales en la transformación  vía la cultura. Cuando éstas se involucran en los procesos culturales de  una comunidad de forma activa y responsable, con programas de alcance  regional, con aportaciones de sus presupuestos en otros proyectos  externos, con alianzas estratégicas con el sector cultural, el gobierno y  los medios, con el sostenimiento de proyectos culturales específicos en  la comunidad el efecto es inmediato si no veamos el papel de la UNAM,  de la Universidad Veracruzana, de la Universidad de Colima, de la  Universidad Valenciana en España, que se han convertido en uno de los  pilotes básicos del desarrollo cultural en sus comunidades con una  visión abierta e incluyente.
En  una reunión de la mesa de planeación integral del anterior gobierno del  estado conducida en aquel entonces por la Sra. Cecilia Barone, y que  desde mi punto de vista fue un acierto hacer coincidir los diversos  sectores del gobierno en una sola mesa de planeación, situación que  sería necesario contemplar y ampliar con los sectores privados y con un  seguimiento puntual de los acuerdos, les comentaba sobre el anuncio de  la construcción de una calle en otra ciudad donde se informaba a los  ciudadanos los beneficios de contar con esa nueva arteria, la seguridad  para su hijos con la nueva iluminación, la integración de andadores  peatonales para la convivencia, la reducción del tiempo en  desplazamientos al trabajo que significan un aumento en la convivencia  familiar, la conexión con la biblioteca o el parque público y la  estación de transporte dando por resultado que los habitantes de la zona  cuidaran en extremo esta obra al entender su importancia y que al  contrario como lo vi hace unos días  se anunciaba:
 “obra  del Gobierno X con una inversión de tantos millones de pesos” que nada  informa a los ciudadanos y presentan la importancia de la obra basada en  la inversión y no en sus efectos, esto  manifiesta  la gran diferencia de entender los procesos culturales en toda acción  emprendida contra la valoración banal de un esfuerzo real. 
He  aquí otra de las claves básicas encontradas en ciudades que apuestan  por la cultura, en una gestión cultural efectiva, la sensibilización  como parte del proceso cultural, tanto del gobierno, la iniciativa  privada y la comunidad en general. La información efectiva desde el  punto de vista  cualitativo como herramienta y  a esto hay que  sumarle que en toda acción se busque  conectar  con otras acciones para conformar un verdadero programa de largo  alcance con objetivos concretos. Hay que asumir que la única vía para la  paz y el desarrollo es la  “Cultura contra balazos”.
TOMADO DE: http://bitacoracultural.blogspot.com/2008/03/apuntes-no-recetas-para-una-gestin.html




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